A través de mis años como emprendedor me ha tocado tener una gran cantidad de mentores. Mentores pasajeros con los que interactué un par de minutos o una reunión de media hora, así como otros que han sido apoyo y valor por varios años. He tenido tanto mentores asignados como personas que nunca supieron que me mentorearon. He tenido tanto excelente consejo sobre mis negocios como también sugerencias sin pies ni cabeza. En este ecosistema emprendedor chileno que abusa de tantos términos, donde cualquiera puede ser “Coach” o “Consultor”, ya empieza a quedar un tanto desdibujado el rol del “Mentor”. ¿Entonces cómo le damos sentido y pertinencia a ser mentor?
Yo creo que hay dos macro clasificaciones de mentores en Chile, el mentor express y el mentor estable. El express es el típico que encontramos en competencias y bootcamps de emprendimiento que ya sea nos ayuda un rato durante el día o nos da feedback y evalúa cuando damos el Pitch en el escenario. El estable es el que llega a conocer por más tiempo al emprendedor o su negocio. De éstos también hay varios tipos. Están los mentores que son asignados al emprendedor a través de organizaciones o programas específicos como es el caso de Mentores por Chile, Company Builder de Sistema B, Academia Asech y Endeavor los que comprometen desinteresadamente unas cuantas horas al mes durante un periodo de tiempo a reunirse y ayudar el emprendimiento, o también los mentores asociados a las incubadoras que son asignados a los emprendedores incubados y usualmente aportan desde su expertise como desarrollo, marketing o levantamiento de capital. Es difícil determinar su eficacia en el desarrollo de los emprendimientos dado que mentores los hay en diferentes tipos, tamaños y combos; sin embargo, siempre aportan algo al desarrollo del negocio. Pero es el mentor orgánico el que encuentro que es el más importante.
Mentor orgánico me refiero al que nunca partió con intención de ser mentor. Usualmente el fundador o equipo emprendedor conoció a esta persona con más experiencia en algún evento, curso de universidad o incluso alguna de las competencias antes mencionadas, donde se formó de a poco una relación de confianza y eventualmente se fue transformando en mentor. Son estas relaciones las que encuentro que entregan el mayor valor en el tiempo ya que hay una genuina preocupación del mentor por el fundador y su emprendimiento. Hasta el día de hoy sigo considerando de cierta forma como mentores, y amigos, a profesores de emprendimiento que tuve en algún momento cuando estudiaba.
¿Cómo es el buen mentor?
Un buen mentor para Company Builder es una persona con mucha experiencia de vida, o conocimientos, que ayuda sin segundas intenciones y con transparencia a una persona de menor experiencia y conocimiento, a reflexionar antes de la toma de decisiones. Es una persona que es un modelo deseado a seguir o de alcanzar su posición de experiencia y de vida. Quien posee un nivel de excelencia en sus áreas y que dona parte de su tiempo para apoyar a nuestras empresas a escalar con impacto social, ambiental y financiero.
¿Pero cómo debe ser la relación del mentor con su mentoreado? Ya vimos una primera aproximación con los 5 principios del Fair Feedback, pero proveer retroalimentación no es lo único que hace un mentor, sino que también inspira, ayuda a manejar riesgos y desarrolla capacidades del emprendedor, y esto se produce en la conversación. Algunos consejos[1] para la conversa:
- Ser cuidadoso al transmitir conocimientos, no enchufar una solución a los problemas del emprendedor, si no que contar tu experiencia en el tema y dejar que el mentee haga sus propias interpretaciones.
- Preguntar y confirmar que el emprendedor esté dispuesto a recibir tus comentarios. Comenzar con algo positivo para que el mentoreado esté en estado más receptivo y más dispuesto a recibir después las críticas.
- Hacer preguntas y escuchar atentamente antes de entregar comentarios para que estos sean bien sustentados. Realizar un resumen claro de las conclusiones obtenidas de estas preguntas.
- Como cualquier habilidad, es crucial practicar la conversación con el emprendedor y aprender de ella siempre.
Por otro lado, Guy Kawasaki, autor del clásico libro emprendedor “The Art of the Start”, tiene un capítulo completo de su libro a la labor de emprendedores ya consolidados de apoyar a los que vienen después de él, y para lo cual ocupa el término Mensch, una práctica que involucra 5 principios:
- Ayuda a personas que probablemente nunca te vayan a ayudar a ti. Un mensch ayuda a personas que probablemente nunca devuelvan el favor. Un mensch no está buscando sólo ayudar a personas ricas, famosas o poderosas, y no está pensando en ayudar para que esto lo beneficie en el futuro.
- Ayuda sin la expectativa del retorno. Un mensch ayuda a personas sin la expectativa del retorno, al menos en esta vida. ¿Cuál es la recompensa? La simple satisfacción de ayudar a otros. Nada más, nada menos.
- Ayuda a muchas personas. Menschuria es un juego de números: la idea es ayudar a muchas personas, no limites tu generosidad a tu círculo cercano, amplíalo lo más posible.
- Haz lo correcto de la forma correcta. Un mensch siempre hace lo correcto de la forma correcta. Hay una clara línea entre lo ético y lo cuestionable, y un mensch nunca cruza esa línea.
- Devuélvele a la sociedad. Un mensch se da cuenta lo afortunado que es. Por ejemplo, emprendedores y empresarios exitosos son bendecidos con visión y pasión además de la habilidad de reclutar, levantar capital, y cambiar el mundo. Estas bendiciones vienen con la obligación de pagarle devuelta a la sociedad. El tema es que le debemos algo a la sociedad, no estamos haciéndole un favor al pagarle.
Si bien es importante que el mentor sea un mensch (¿o un menschtor?), no debemos olvidar algo importante: de todos los recursos que posee el mentor, lejos el más escaso es el tiempo. El problema es que la misma persona que un emprendedor quisiera como mentor, es exactamente la misma que simplemente no tiene el tiempo de servir en ese rol. Y así tenemos casos extremos como el de David Rose, que para aportar el máximo con su experiencia trata de masificar su mentoreo creando y publicando contenido en múltiples sitios online y hablando en conferencias varias, entre muchas más cosas, lo que le deja muy poco tiempo para mentorear personalmente.
Todavía no tenemos mentores de tal nivel de dedicación en Chile, lo que no implica que su tiempo no sea valioso. Yo creo que para subirle el pelo al mentoreo en el país tenemos que formalizar más el rol del mentor, en los casos que hay un compromiso de verdad, y adaptar algunas prácticas anglosajonas a nuestra realidad con tal de retribuir de cierta forma el tiempo del mentor. Por ejemplo, para Russell Buckley, un mentor/inversionista británico, hay 4 modelos para retribuir el mentoreo:
- Gratis: Para emprendimientos en etapa muy temprana, usualmente a través de incubadoras o aceleradoras, se hace un mentoreo acotado que a veces llega a alguno de los otros 3 escenarios.
- Acciones: A veces, cuando emprendimientos de etapa temprana quieren formalizar el trabajo para profundizar la relación con el mentor, se ofrece acciones de la empresa. El Founder’s Institute creó una “tarjeta de tarifas” que puede servir de guía. Es importante para emprendedores no sobre pagar a los mentores, lo recomendable es no superar el 1% de participación.
- Inversión: Dar opción preferente para invertir a un buen mentor es una gran oportunidad para emprendedores. No solo es un inversionista que se ha probado valioso para el emprendimiento, si no que al tener su dinero invertido tiene incentivos para estar activamente involucrado y lograr que el negocio crezca.
- Director no ejecutivo: Un último modelo que se adapta mejor a un emprendimiento más maduro, es el de director sin responsabilidades ejecutivas. A estos directores que fueron previamente mentores se les recompensa con acciones y una pequeña remuneración mensual a cambio de tomar parte del directorio.
Por último es crucial que la expertise y experiencia del mentor sea útil para el equipo emprendedor, donde puede depender la etapa de desarrollo del emprendimiento, mercado donde están insertos, habilidades faltantes en el equipo, etc. No es ideal prestar ayuda sobre visión estratégica o estrategia de expansión cuando el equipo emprendedor recién está aprendiendo como venderles a sus clientes o está enfrentando desafíos de seguridad informática importantes. Este trabajo previo de diagnóstico sobre qué necesita el emprendimiento y qué puede aportar el mentor es clave para no perder el tiempo de nadie.
Por eso creo importante que emprendedores, y específicamente mentores, se hagan estas preguntas:
- ¿Qué tipo de mentor soy?
- ¿Estoy siendo efectivo en la conversa con el emprendedor?
- ¿Estoy siendo un mensch?
- ¿Podría involucrarme más formalmente con mis mentoreados?
- ¿Estoy siendo un buen match con este equipo emprendedor?
Para Sistema B ser mentor es una forma de impactar nuestra sociedad al pertenecer a un grupo potente cuyo propósito es apoyar a personas con empresas de alto potencial de impacto social, ambiental y financiero. Los mentores se fortalecen con la experiencia, conocimientos y compañía de los emprendedores al generar casos de escalamiento exitosos y de gran impacto. Es una oportunidad gratificante de compartir por algunos meses con personas que tienen un propósito claro al presenciar como florecen y se fortalecen sus empresas. Generan un vínculo profundo que trasciende mucho más que solo un impacto financiero económico.
Si conoces mentores o emprendedores que podrían ser mentor hazle llegar este artículo. Promovamos una cultura de mentoreo al nivel que Chile se merece, y así crear empresas de clase mundial.
[1] Aportes de staff de Endeavor
Artículo publicado originalmente en Blog de Ematris